Los hallazgos muestran la necesidad de programas que ayuden a estos pacientes a dejar de fumar, afirmaron los investigadores.
Observaron a más de 5,300 pacientes con dolor de espalda debido a un trastorno en la columna vertebral y que se sometieron a tratamientos quirúrgicos o no quirúrgicos durante ocho meses.
Cuando empezaron el tratamiento, los que habían dejado de fumar previamente y los que nunca habían fumado afirmaron que les dolía mucho menos la espalda que los que fumaban en la actualidad y los que lo habían dejado durante el estudio. Los que seguían siendo fumadores tenían una puntuación mucho más alta en todas las estimaciones de dolor usadas en el estudio (el peor dolor, el dolor actual y el dolor promedio semanal) que los pacientes que nunca habían fumado.
Los pacientes que dejaron de fumar durante el tratamiento afirmaron estar experimentando mejoras más significativas que los que continuaron fumando, según el estudio, que fue publicado en la edición de diciembre de la revista Journal of Bone and Joint Surgery.
"Sabemos que la nicotina aumenta el dolor", comentó en un comunicado de prensa de la revista el autor del estudio, el Dr. Glenn Rechtine, del departamento de ortopedia de la Universidad de Rochester. "En este estudio, si usted dejaba de fumar durante el tratamiento, se encontraba mejor. Si continuaba fumando, no se producía ninguna mejora estadística, sin importar el tratamiento que siguiera. Fumar es malo para usted. Básicamente, las probabilidades de mejorar la atención médica que reciba (quirúrgica o no) disminuían dramáticamente si uno era fumador".
"Este estudio da respaldo a la necesidad de programas para dejar de fumar para los pacientes con un trastorno en la columna vertebral, dado que hay una fuerte asociación entre los informes de los pacientes sobre la atenuación del dolor y dejar de fumar", añadió Rechtine.
Aunque el estudio encontró una asociación entre dejar de fumar y la atenuación del dolor de espalda, no demostró que exista una relación causal.