La cirugía de reemplazo articular, o
artroplastia, es el proceso de retirar la articulación dañada y reponerla con
una articulación artificial. Una articulación es el lugar donde se encuentran
dos o más huesos, como la rodilla, la cadera o el hombro. Usualmente es el
cirujano ortopedista el que realiza la cirugía. A veces el cirujano no extrae
toda la articulación, sino que reemplaza o repara sólo las partes dañadas.
El médico podría recomendarle el
reemplazo articular para mejorar su calidad de vida. La cirugía de reemplazo
articular puede aliviar el dolor y ayudarle a moverse con más facilidad y
sentirse mejor. Las caderas y las rodillas son las articulaciones que con mayor
frecuencia se reemplazan. Otras articulaciones que se pueden sustituir son los
hombros, las articulaciones de los dedos, los tobillos y los codos.
Las articulaciones pueden sufrir
daño debido a la artritis y otras enfermedades, las lesiones y otras causas.
Las articulaciones se pueden desgastar a causa de la artritis o simplemente con
el paso de los años. Este desgaste puede causar dolor, rigidez e hinchazón. Los
huesos están vivos y necesitan sangre para crecer, sanar y mantenerse fuertes. Las
enfermedades o lesiones en las articulaciones pueden disminuir el flujo
sanguíneo, lo que puede ser causa de otras complicaciones.
La articulación artificial, que
recibe el nombre técnico de prótesis, puede estar hecha de plástico, de metal o
de ambos. Puede fijarse con cemento o puede usarse un material que permite que
el hueso sano crezca y recubra la prótesis. También se pueden combinar ambos
métodos para mantener la articulación en su lugar.
Las articulaciones que son fijadas
con cemento se usan con mayor frecuencia en personas de edad avanzada que son
sedentarias o en personas con huesos débiles. El cemento fija la articulación
artificial al hueso. Las articulaciones no cementadas se recomiendan para las
personas jóvenes activas y para personas con huesos sanos. Éstas pueden tardar
más en sanar debido al tiempo que le toma al hueso crecer y fijarse a la
prótesis.
Las articulaciones artificiales por
lo general duran entre 10 y 15 años. Por esto, los pacientes jóvenes podrían
tener que cambiar la articulación artificial más de una vez.
Cada día la cirugía de reemplazo
articular es más común. Anualmente, cerca de 773,000 personas se someten a una
cirugía de reemplazo articular en los Estados Unidos. Las investigaciones han
demostrado que esta cirugía puede ayudar incluso a pacientes de edad avanzada a
recuperar movilidad y a sentirse mejor.
Cualquier cirugía conlleva riesgos.
Los riesgos dependerán de su estado de salud antes de la operación, el grado de
intensidad de su artritis y el tipo de cirugía que se va a realizar. Muchos
hospitales y médicos han estado practicando la cirugía de reemplazo articular
por décadas y esta experiencia brinda mejores resultados para el paciente. Para
resolver sus dudas, algunas personas dirigen sus preguntas al médico o a otras
personas que han pasado por la cirugía. Es posible que un médico especializado
en articulaciones, lo atienda antes, durante y después de la cirugía para asegurarle
una pronta y completa recuperación.
Sólo el médico le puede decir si
necesita una articulación artificial. El evaluará la articulación por medio de
una radiografía u otro tipo de imágenes diagnósticas. El médico podría
introducir en la articulación una videocámara insertada en un pequeño tubo
(artroscopio) para evaluar el daño. Es posible también que extraiga una pequeña
muestra de tejido para examinarlo.
Luego de examinarle la articulación,
el médico podría indicarle que haga ejercicio, que use andadores o bastón,
fisioterapia o medicamentos y suplementos vitamínicos. Entre los medicamentos
para la artritis se encuentran aquéllos que reducen la inflamación. Dependiendo
del tipo de artritis el médico le podría recetar corticosteroides o algunos
otros medicamentos.
Sin embargo, todos los medicamentos
tienen efectos secundarios entre los que se encuentran la pérdida de masa en
los huesos.
Si el tratamiento no funciona, el
médico podría recomendarle que se someta a una osteotomía, que es una operación
en la que el cirujano alinea la articulación. Para hacer esto el cirujano corta
el hueso o los huesos que rodean la articulación para mejorar la alineación. Si
bien esta intervención es más simple que el reemplazo articular, la
recuperación puede tardar más. Sin embargo, esta operación no es común hoy en
día.
La cirugía de reemplazo articular es
con frecuencia la solución si padece de dolor constante y falta de movimiento
adecuado de la articulación—por ejemplo, si tiene dificultad para caminar,
subir las escaleras o bañarse.
El personal de la sala de cirugía le
dará un medicamento (anestesia) para que no sienta dolor. La anestesia puede
ser regional, o sea, que adormece solamente una parte del cuerpo, o general, en
cuyo caso se dormirá completamente. Después, se reemplazará la articulación
dañada por una prótesis.
Todas las cirugías son diferentes.
La duración de la operación dependerá de cuán dañada esté la articulación y
cómo se le practique la cirugía. La cirugía de reemplazo de cadera o rodilla
toma generalmente dos horas o menos, a no ser que surjan complicaciones.
Después de la cirugía le llevarán a una sala de recuperación postoperatoria
donde permanecerá por 1 ó 2 horas hasta que despierte completamente o el
adormecimiento haya desaparecido.
Los pacientes que se someten a la
cirugía de reemplazo de cadera o rodilla, por lo general son dados de alta en
unos 3 a 5 días. Si usted es una persona de edad avanzada o tiene alguna otra
discapacidad, es posible que tenga que pasar varias semanas en un centro de
cuidados intermedios antes de regresar a casa. Usted y los médicos decidirán
cuánto tiempo permanecerá en el hospital.
Con frecuencia el paciente puede
pararse y comenzar a caminar el mismo día luego de la cirugía de reemplazo de
cadera o rodilla. Al comienzo caminará con un andador o con muletas. Es posible
que sienta dolor en la articulación por un tiempo porque los músculos estarán
débiles por la falta de uso y porque el cuerpo estará sanando. El dolor se
puede aliviar con medicamentos y no debe durar más de unas pocas semanas o
meses.
La fisioterapia puede comenzar un
día después de la cirugía para recuperar la movilidad y fortalecer los músculos
que rodean la articulación artificial. ¡En el caso de la cirugía de reemplazo
del hombro usted podrá comenzar a hacer ejercicio el mismo día de la operación!
El fisioterapeuta le puede enseñar ejercicios moderados que le ayudarán a
recuperar movilidad. Antes del alta (por lo general 2 ó 3 días después de la
cirugía) el fisioterapeuta le enseñará a usar un aparato parecido a una polea
que le ayudará a doblar y extender el brazo.
El éxito de la cirugía dependerá en
gran medida de lo que usted haga una vez le den de alta. Siga las
recomendaciones del médico sobre la alimentación, los medicamentos y los
ejercicios. Hágale saber al médico sobre cualquier dolor o dificultad para
moverse.
La cirugía de reemplazo articular
normalmente es exitosa en el 90 por ciento de los casos. Aún cuando surjan
complicaciones, éstas por lo general se pueden tratar. Algunas posibles complicaciones son:
- Infección. El área alrededor de la herida o de la articulación podría infectarse. Puede que esto suceda mientras todavía esté en el hospital o luego de que le den el alta. Incluso, puede suceder varios años más tarde. Las infecciones leves en la herida se suelen tratar con medicamentos. Las infecciones más profundas pueden necesitar de una segunda cirugía para tratar la infección o sustituir nuevamente la articulación.
- Coágulos. Cuando la sangre no fluye con rapidez, se forman unos grumos sólidos llamados coágulos. Si siente dolor o tiene hinchazón en las piernas luego de la cirugía de reemplazo de cadera o de rodilla, es posible que se deba a la formación de coágulos. El médico le puede recetar medicamentos para reducir el riesgo de formación de coágulos o recomendarle que use calcetines o botas especiales y que haga ejercicios para hacer que la sangre fluya con más rapidez. Si siente dolor o tiene enrojecimiento o hinchazón en la pierna luego de que le den el alta, comuníquese con el médico inmediatamente.
- Aflojamiento. La articulación artificial podría aflojarse y causar dolor. Si el aflojamiento es mucho, podría ser necesario someterle a una segunda cirugía. Fijar la articulación artificial al hueso de manera diferente podría ser útil.
- Dislocación. Algunas veces, después de la cirugía de reemplazo de cadera o rodilla, la bola de la articulación artificial puede salirse de lugar. En la mayoría de los casos, se puede resolver sin cirugía. Es posible que haya que inmovilizar la articulación con una férula por un tiempo si ocurre una dislocación.
- Desgaste. Las articulaciones artificiales siempre se desgastan en alguna medida. Si se desgastan mucho, esto puede causar una dislocación y el médico podría verse obligado a operar nuevamente. Algunas veces sólo se desgasta la parte plástica de la prótesis y el médico sólo sustituye esa parte en lugar de toda la articulación.
- Lesiones de los nervios o los vasos sanguíneos. Es posible que los nervios que rodean la articulación sufran daño durante la cirugía, pero esto no sucede con frecuencia. Con el tiempo, la lesión mejorará y podría sanar por completo. Los vasos sanguíneos pueden también lastimarse.
A medida que usted comience a mover
la articulación y los músculos se fortalezcan, el dolor se aliviará y
aumentarán la flexibilidad y la movilidad.
Los científicos están estudiando
cuáles articulaciones artificiales son las que mejor ayudan a recuperar la
movilidad y la flexibilidad. Otros investigadores están tratando de descubrir
las causas de las lesiones de las articulaciones, cómo prevenirlas y cómo
tratarlas.
Algunos científicos están estudiando
la osteólisis, una enfermedad en la que el hueso que rodea la articulación
artificial se desgasta a causa de la inflamación. Esto puede causar que la
prótesis se afloje y tal vez requiera una segunda cirugía. En 2008 se descubrió
que los fibroblastos, un tipo de célula, provocan la inflamación que causa la
osteólisis. Este descubrimiento podría ayudar a los científicos a desarrollar
nuevos medicamentos para prevenir la osteólisis de las articulaciones
artificiales.
Otros investigadores tratan de
descubrir por qué algunas personas que necesitan la cirugía deciden no
someterse a ella y qué cosas pueden influir en la decisión de los pacientes de
buscar tratamiento y mejorar la recuperación y el bienestar.
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