Los diabéticos serían dos veces más propensos a perder audición que las personas sin diabetes, señala un nuevo estudio. En una revisión de estudios publicados, el equipo de Japón descubrió también que ese riesgo crecía aún más en los diabéticos más jóvenes. Los especialistas advierten que este tipo de estudios no prueba que la diabetes sea la causante de un aumento de las tasas de hipoacusia.
"Definitivamente, no resuelve el asunto, sino que destaca la importancia de algo sobre lo que los pacientes deberían preguntar en la consulta", dijo el doctor Steven Smith, de la Clínica Mayo, Rochester, Minnesota.
En el 2008, un equipo de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por su sigla en inglés) había detectado un patrón similar en una muestra de más de 11.000 personas.
Allí, los participantes diabéticos eran dos veces más propensos a tener una disminución auditiva que los participantes sin la enfermedad.
La Asociación Estadounidense de Diabetes estima que unos 16 millones de estadounidenses son diabéticos y los NIH dicen que 36 millones de estadounidenses sufren de algún grado de hipoacusia.
El aumento del azúcar en sangre que provoca la diabetes podría producir la disminución auditiva al dañar los vasos sanguíneos de los oídos, según explica el equipo de Chika Horikawa, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Niigata, Japón.
Los autores reunieron información de 13 estudios previos sobre la relación entre la diabetes y la disminución auditiva publicados entre 1977 y el 2011. Juntos, los estudios brindaron información sobre 7377 diabéticos y 12.817 no diabéticos.
El equipo halló que los diabéticos tenían 2,15 veces más riesgo que el otro grupo a tener hipoacusia. Pero al dividir la información según la edad, ese riesgo aumentaba 2,61 veces en los menores de 60 y 1,58 veces en los mayores de 60 años.
En Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, el equipo escribe que los próximos estudios deberían tener en cuenta más factores de riesgo, como la edad y el ambiente, para explicar la relación entre la diabetes y la disminución auditiva.
Aun así, Horikawa dijo por e-mail que, con estos resultados, la diabetes debería empezar a reconocerse como un factor de riesgo de la pérdida de audición.
"Asimismo, estos resultados sugieren que la pérdida de audición debería empezar a controlarse en los diabéticos a una edad más temprana que en la población sin diabetes", dijo Horikawa, quien recordó que la pérdida auditiva también está asociada con un aumento del riesgo de depresión y demencia.
FUENTE: Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism.
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